Origen y plantación
Las más de 300 variedades de arábica de primera calidad han inspirado desde hace mucho tiempo a los más exigentes expertos de café.
Al sur de la capital San José se encuentra nuestra región de cultivo Tarrazú, una de las más famosas del país. Cuando Colón echó el ancla en Costa Rica, todavía no se había encontrado café.
Hace sólo 250 años, las primeras plantas fueron traídas al país desde Cuba. Hoy en día, hay más de cien cafetos por ciudadano. La nación es un gran país cafetero. Costa Rica fue el primer país centroamericano en utilizar innovaciones científicas y tecnología agrícola, y llevó el proceso de crecimiento y producción a un nivel ejemplar.
Carácter y sabor
Costa Rica Tarrazú obtiene su reconocimiento internacional por su impresionante acidez aromática. El sabor es muy suave y es el resultado del proceso de tostado manual. Un cuerpo armónico completa el perfil aromático de este café con su carácter ejemplar. Costa Rica Tarrazú es uno de los mejores cafés del mundo.
Información de la plantación
Este es el mejor café de pequeños productores ubicados en la región entre San Marcos de Tarrazú y Santa María de Dota, el corazón de la mundialmente famosa región cafetalera de Tarrazú en Costa Rica.
El café se recoge exclusivamente a mano, lo que garantiza que sólo se utilicen para la producción las cerezas rojas y maduras del café.
La familia Castro Jiménez, que tiene contactos de larga data con los pequeños agricultores de la región, procesa los granos de café en sus propias instalaciones de producción de alta calidad.
El café fermentado, lavado y secado tradicionalmente se somete a cuatro características de calidad decisiva: se clasifica según su tamaño, color, densidad y peso.
Particularidades
En los años 80 y 90, el café de Costa Rica perdió su fama mundial debido a la producción masiva deseada. Aunque el país es pequeño y las plantaciones eran principalmente propiedad de familias pequeñas y medianas, durante décadas el café se produjo casi en su totalidad en grandes instalaciones de producción.
Por eso el café perdió su carácter único. Hoy en día, es posible que los pequeños agricultores produzcan sus propios cafés y los comercialicen con beneficios. De este modo, la calidad ha vuelto a alcanzar los altos niveles de antaño.